viernes, 5 de junio de 2009

La última llave de Kung Fu

Cuando pienso en un accidente sexual me vienen a la mente gran cantidad de burradas. Sobre todo desde que coincido con un grupo de enfermeras cotorras en el vestuario del gym que cuentan auténticas barbaridades sobre objetos inimaginables introducidos en los diversos orificios humanos. Una visita al hospital con un calabacín rebelde que se niega a salir en ciertos agujeros corporales es humillante y ridículo. Que la historia te recuerde por haber fallecido durante un accidente 'auto-erótico' festivo después de ser el Bill en 'Kill Bill' y fenómeno fan de artes marciales en 'Kung Fu' es una tragedia.

A David Carradine le encontraron muerto y desnudo en una habitación de hotel de Bangok con una cuerda atada al cuello, otra a los genitales y ambas al armario. Se asfixio tras masturbarse. ¿Qué mente retorcida se ata una soga al a...? no quiero ni pensarlo. Su última llave maestra.Me imagino la cara de horror de la pobre señora de la limpieza que se encontró semejante escenario fetichista. Y los comentarios de los policías tailandeses: el que dominaba el kung fu pero no su p****, la llave del salto del tigre le salió rana, y cosas así. Y entre tanto Berlusconi y compañía con las vergüenzas al aire se reconocen en las fotos por una pulsera de plástico. Otro acciente sexual, pero con patinazo político de regalo (no quiero ni pensar con qué han patinado, puag!)


Yo pensaba que un accidente sexual era que tu compi de piso(/madre/padre/herno/abuela o pareja e la policía local (ejem) te pillase en plena faena, que se te rompa el condón, el pantalón... debe ser que tengo muy poca imaginación o que aún me queda algo de inocencia. Desde luego a partir de ahora veré con distintos ojos a los 'Chunorris' de la tele.

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