martes, 3 de noviembre de 2009

Coitus interruptus

Como jode cuando te dejan a medias... en todos los sentidos. Cuando viajas da el doble de rabia porque no sabes cuándo tendrás oportunidad de volver. ¿Ah, qué pensabas que te hablaba de una noche loca de sexo? Ay querido lector...tu gozo en un pozo, hablo (en esta ocasión) de mis frustradas ansias culturetas en un viaje al país del chocolate. Ya puedes cerrar la página si quieres.


Pues séase que sea, que una vez instaladas (o casi) en nuestro palacete [la II parte de cómo conseguimos el palacio llegará, prometido], Corresponsal y yo nos fuimos de excursión a una ciudad que huele a gofres y donde los mejillones hervidos con patatas fritas son el sumun de la gastronomía local. Nos lo montamos muy bien la verdad, conseguimos llegar a todos los sitios que nos propusimos (no sin dar pocas vueltas, sobre todo en el metro, puedo recitar de memoria las paradas de la línea circular) pero el destino quiso que no hubiese forma humana de entrar en ninguna parte.

Domingo por la tarde, jarrea de mala manera y el viento nos obliga a salir por patas de la ciudad que huele a chocolate. Nos plantamos en la ciudad que huele a gofres. Intentamos ir de culturetas y visitar algún museo que nos resguarde de la lluvia. Imposible, TODO cierra a las 17.00 h. Pasamos a la faceta bohemia y aparecemos en el canillejas bruseliense en busca de un concierto de jazz. No hay nadie por la calle y los que hay dan mucho miedito. De nuevo nos dan con una verja en las narices. Tercer intento, ir a un musical. No hay.

A la cuarta irá la vencida, vamos al teatro de las marionetas. Tras subir y bajar la calle de la 'marcha de los pollos' varias veces logramos llegar al dichoso teatro de las muñequitos que...¡Cómo es festivo no hay representación! Nos quedan dos opciones, o ver la última de Almodovar en flamenco (un idioma que fácil, lo que se dice fácil, no es) o tajarnos a base de cerveza belga... ¿que creeis que pasó?

Lunes, estamos de resaca y es nuestro último día para intentar ver algo en la ciudad donde menos se trabaja del mundo (las tiendas abren de 10 a 17 con parada para comer y a las tres de la tarde o cuatro no queda nadie en las oficinas. A las siete y media la ciudad parece el pueblo fantasma) intentamos visitar el Parlamento Europeo pero oh! sorpresa! resulta que los lunes no se puede visitar. Lo dicho, que en el corazón de Europa no dan palo al agua.

2 comentarios:

  1. Eso os pasa por irse a comer mejillones a un sitio que no es Galicia, hombre...

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  2. ey, que los mejillones estaban super buenos. eso sí, nos quisieron endosar una cazuela de 2 kilos a cada una, menos mal que no nos dejamos engañar...

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