domingo, 11 de octubre de 2009

Filosofía barata de andar por casa


He descubierto en el feisbuk una fuente inagotable de sabiduría. Desde el maestro yoda, pasando por las galletas de la suerte, los tréboles de cuatro hojas, las enseñanzas de la escuela de la vida de Sabina o el ingenio de los simpson. Mil y una recetas para afrontar la rutina. Me recuerda a aquellas agendas escolares que tenían una cita para cada día, pero en aquella época lo protas de las pautas del día eran Nietzche, Ghandi o Platón... hoy Padre de Familia, Fito y Mafalda han ocupado el puesto de los grandes filósofos.

Las frasecitas aleccionantes me rodean, me persiguen y me asedian. Cada día mi querido tabloide elige una para empezar el día. Sobre 'La Mesa' se erige el libro gordo de petete de las citas célebres. Hay una para cada ocasión. Nunca falla. Me sé de alguno que se lo empolla por las noches para tener siempre la última palabra. Es como el refranero moderno, sólo que los refranes solían ser bastante mas acertados.

Y es que en la vida hay instrucciones para todo, instrucciones para poner la lavadora, instrucciones para montar el microondas... uy esto me recuerda a algo ;) Hace unos años participé en una película: 'Instrucciones para una nueva vida' se quejaban de que nadie te da instrucciones para vivir la vida, te lanzan a la piscina sin manguitos. La mayoría sale a flote, algunos consiguen dar una pocas brazadas en la dirección correcta, unos pocos son capaces de bracear con estilo envidiable, son los menos, alguno acaba ahogándose y pocas veces el socorrista está mirando para echarte el salvavidas (lo del príncipe azul que te salva y te hace el boca a boca al más puro estilo David Hassenholf en los vigilantes de la play es extremadamente raro, pero he oído que veces, muy pocas, también ocurre).

Si hubiese instrucciones es muy posible que estuviesen en un idioma desconocido o, como ocurre con los muebles de ikea, fuesen ilegibles para los que, como yo, son incapaces de entender qué demonios es eso de la visión espacial (yo siempre me imagino con una escafandra y un telescopio intentnado averiguar lo que pone en el mapa) Y para qué nos vamos a engañar ¿alguien realmente se lee los malditos manuales de istrucciones? En el momento en que hice la película no lo entendí, hoy volver a verla y escuchar de nuevo esas frases repetidas hasta la saciedad retumban en mis oídos. Maldita sea, resulta que la filosofía barata que me ilumina el camino proviene de un proyecto al que dediqué más de un año de mi vida y que, en su momento, no me hizo reaccionar.

Parece que en mi libro de instrucciones falta la página en la que te enseñan a poner la mente en blanco y hacer borrón y cuenta nueva.


2 comentarios:

  1. Cagarla es otra forma de aprender, además de estar maduro para asimilar lo que la vida nos esté enseñando... así que, bien está lo que bien acaba, nena

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  2. Tienes más razón que un (gato) santo (hay alguno??)

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